The Pope Joan

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Una historia tan increíble que incluso Hollywood la llevó a la pantalla grande en 2009. Conocida sólo como Juana o Agnes (depende de la versión), se dice que fue una mujer alemana (o inglesa), quien se fugó con su amado a Atenas. Su amante la disfrazó de hombre y la introdujo a la misma escuela a la que él asistía, dándole el nombre de John Anglicus. Sorpresivamente Juana resultó ser muy buena en los estudios y gracias a su erudición, terminó ascendiendo en la carrera eclesiástica hasta que en el año 855, tras la muerte del Papa León IV es elegida como nuevo Papa bajo el nombre de Benedicto III, o no dando lugar si quiera a que se le mencione, ya que es un misterio.

En ese entonces, la selección de un nuevo Pontífice era por medio de votación por parte del pueblo y no por los cardenales. Durante su papado se cree tomó el nombre de Benedicto III o Juan VIII y llevó consigo a su amante, nombrándolo “ayuda de cámara”, del cual se embarazó.

A punto de dar a luz, sale a las calles en procesión, desde la Iglesia de San Pedro al Palacio Laterano, pasando por la Via Sacra (hoy la “Calle Prohibida”) y ahí, frente a todo el pueblo, es donde da a luz. La multitud notablemente molesta, tanto por el engaño a ellos, como a la Iglesia, la apedrean hasta la muerte. Al menos  eso se cuenta en unas versiones, pues otras, dicen que murió en el parto y una tercera explica que ella no murió, sino que fue recluida y sentenciada, falleciendo muchos años después. Incluso su hijo se convirtió en obispo y tras su deceso ordenó que la sepultaran en el lugar donde dio a luz.

CONTRAMEDIDAS

A partir de entonces como regla para que esto no volviera a pasar, cada Papa que era elegido tenía que pasar por una “ceremonia de tocamiento”, en la que se sentaban en una silla especial llamada   “sedia stercoraria” o la “silla para defecar” que tiene un agujero en medio y uno de los cardenales debía tocar y determinar si tenía o no testículos.

Esta historia es por demás fantasiosa, pero están los que aseguran que dicho evento sí ocurrió, pues hay indicios en Roma que lo demuestran.

A FAVOR

La silla usada para la

ceremonia comenzó a utilizarse después de su Papado.

El Santo Padre, ordenó que el callejón por el que se hacía la procesión y donde ella alumbró, quedara eliminado de procesiones futuras.

Hay un el busto que se colocó en la catedral de Siena con la inscripción “Juan VIII, una mujer de origen inglés”. Tiempo después fue remplazado por el del Papa Zacarías.

Para finales del siglo XIII su historia era usada de ejemplo en las escuelas dominicales, así como textos oficiales del Vaticano.

Hay una carta del tarot que la representa.

EN CONTRA

La silla es un artefacto antiguo utilizado por los romanos en los baños termales, que servían para lavar las partes privadas y que la Iglesia conservó, debido a su buena elaboración y años de antigüedad. Existen sólo dos sillas de este tipo, una se encuentra en el Vaticano y la otra en el museo del Vaticano. Además, no hay indicios de que alguna vez haya sido usada por el Papa. Tampoco hay certeza de una supuesta “ceremonia de tocamiento”.

En cuanto a la calle, hay una razón muy simple del porque no se utiliza, y es que, es demasiado estrecha.

El busto de la Papisa, es de hecho una representación de una diosa del culto a Mitras. Es normal que la confundan debido a las siglas grabadas en ella, pues dice P.P.P. que muchos interpretan como Pap pater patrum “El Papa, Padre de Padres”, pero literalmente dice “Un sacerdote, costeo esta estatua con su dinero”.

Entonces ¿de dónde viene la Papa mujer?

Las hipótesis sugiere que se inventó como una burla hacia el Papa Juan VIII, por su política de tolerancia a los musulmanes, así como a todo el Papado en general. En religión, a esa época de la historia se le conoce como el “Siglo Oscuro”.

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