Los magos son los astrólogos, adivinos, hechiceros y brujas. Ellos tienen fuerzas provenientes del mal y esto es real.
Al hacernos creer que la magia negra o blanca no existe y que sólo es un invento para “curar heridas” o se utiliza para algo bueno o solo por juego, le restamos importancia. Hoy se toma hasta “cool” ser considerado mago, hay quienes presentan este “oficio” como inofensivo y divertido.
La palabra mago proviene del latín y persa magus. En la antigüedad se le conocía así a una tribu y a los sacerdotes persas. Después, a otras sectas que practicaban rituales no cristianos. Los magos son conocidos como personas que tienen un don y pueden usarlo para bien o para mal según lo deseen, es decir, ponen cualquier potencia sobrenatural al servicio del otro.
En un principio sólo existía la magia blanca para obtener beneficios y mejorar las cosechas en tiempos antiguos. Actualmente se sigue relacionando este tipo de magia para atraer bondad y vencer al mal. Existe una conexión entre ella y la madre Tierra y el espíritu, a través de personas sabias o hadas. Como es agradable a la vista, parece buena. Para quienes llevan amuletos para protegerse de las “malas vibras” o “el mal de ojo”, la Iglesia Católica menciona que esto es reprensible, ya que quitas el poder soberano a Dios.
La “magia negra” es la que se usa para dañar a un individuo o a la sociedad, además hay jerarquías del mal donde se liberan demonios. Se cree que solamente la “magia blanca” la puede contrarrestar.
Ley de Wicca
Aunque no es muy clara la razón por la cual se tendría que realizar hasta tres veces el mismo hechizo hacia una persona, se dice que se regresa al que lo hizo y no habrá poder de la “magia blanca” que lo pueda revertir.
¿Quién fue Harry Houdini?
Fue el escapista e ilusionista más grande de su tiempo. De origen astro-húngaro, se nacionalizó estadounidense. Era proveniente de una familia judía, su papá era rabino. Harry tuvo que salir de casa siendo apenas un niño para trabajar, regresando a los 13 años y entrenándose en el atletismo y la natación. Su primer acercamiento al ilusionismo fue cuando leyó el libro The Memoirs of Robert-Houdin, Ambassador, Author, and Conjuror, written by himself, y fue cuando cambió su apellido agregando la i al final.
Houdini es recordado por el acto de “La metamorfosis”, en el que era atado con una bata de manicomio y guardado dentro de un baúl con múltiples seguros para escapar.
Viajó por Europa en una gira de 4 años junto a su asistente, quien se convirtió en su esposa (no lograron tener familia). Cuando Houdini llegaba a una ciudad en la que iba a dar un espectáculo, llamaba a la prensa y a la policía, y entre el público solicitaba que lo ataran y encerraran con candados que los mismos habitantes de la ciudad habían realizado, esto para demostrar que podía escapar de cualquier candado.
Como parte de su entrenamiento, se dice que todos los días se sumergía en una bañera con hielos hasta por 3 minutos, lo que lo ayudaba resistir sus hazañas. Como era muy competitivo, empezó a registrar con derechos de autor los actos que realizaba. Además, disfrutaba ir a las exposiciones de otros magos para enfrentarlos y exponer los trucos utilizados ante el público. Aunque pareciera que podía estar a favor del espiritismo, era algo que lo molestaba, después que falleció su mamá.
Hubieron médiums que le dijeron haber obtenido un mensaje del “más allá”, sin embargo, esto fue falso. Esto porque el mensaje lo dio en inglés y con el símbolo de una cruz, siendo que su mamá era judía y hablaba poco inglés, lo que para Houdini fue una burla. Por ese motivo no descansó en ridiculizar a quienes realizaban esta práctica.
Dejó un código de 10 palabras para utilizarse después de su muerte y su esposa debía dejar una vela encendida. Por si existía el contacto “del más allá” él se contactaría con ella. Nunca sucedió. La muerte de Houdini a sus 52 años fue registrada como peritonitis. Aunque se cree que también se debió a una golpiza en el abdomen que él aceptó recibir de unos jóvenes para demostrar su resistencia física.
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David Copperfield
Es considerado el mejor mago del mundo, aunque parece que su éxito se está desvaneciendo. El estadounidense nacido el 16 de septiembre de 1956, fue el primer mago joven en ser aceptado en la Sociedad Estadounidense de Magos y en dar clases en la Universidad de Nueva York a los 16 años. Cooperfield alcanzó su gran éxito en la década de los 80’s y 9’s cuando en 1983 desapareció la estatua de la Libertad por unos momentos y en 1984 levitó en el Gran Cañón. También se teletransportó en 1986 a la Gran Muralla China, y el acto que él mismo cataloga como su truco más difícil, la fuga de Alcatraz en 1987.
El reconocimiento a nivel mundial y dinero le llegaron a manos llenas, incluso adquirió 11 islas en las Bahamas y las renombró “Islas Cooperfield”. El mago tiene un museo en Las Vegas creado en 1991, donde sólo puedes asistir por invitación firmada por él. Cuenta con más de 80 mil artefactos y una biblioteca de 15 mil libros.
Recientemente se publicó que en el programa de “Los Restauradores” el mago pidió que restauraran un artefacto redondo que en el centro tenía una cabra disecada. El mago mencionó a un hombre que se subió al artefacto “bienvenido a la iniciación de la logia” lo que para muchos significa que Copperfield practica la maldad y es miembro de la sociedad de los “Illuminati”.
Este año, tras una demanda por daños en uno de sus actos, quedó sin cargos ni penalización de pagar más de 400,000 dólares a un turista británico que se dislocó el hombro y tuvo daño cerebral. Lo anterior porque se tropezó en un acto que realizó el mago, quien prefirió revelar el secreto de su acto de magia y no pagar, prefiriendo “echar abajo” uno de sus grandes espectáculos en Las Vegas “Lucky 13”.
Al testificar que en efecto, no desaparecen los participantes que eligen al azar, lo que hizo creer por años, sino que estos corren rápidamente por la parte de atrás de los asistentes para ahí aparecer. Hizo lo que podría considerarse lo peor para un mago, revelar sus trucos.
Qué dice la Palabra de Dios sobre la hechicería
Y el hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la adivinación, ha de morir; serán apedreados; su sangre será sobre ellos.
Levítico 20: 27
¿Qué pasó con los Reyes Magos?
Melchor, Gaspar y Baltazar no eran magos y esos no eran sus nombres reales. Ellos eran sacerdotes eruditos del Oriente.
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