Por Raquel Romero
En esta ocasión hablaremos sobre el Hijab en el mundo millennial y cómo la significativa y peculiar indumentaria musulmana ha llegado al el mundo de la moda.
Comenzaré por marcar las diferencias del atuendo femenino: el Hijab es el pañuelo que se utiliza para tapar la cabeza y cuello dejando el rostro descubierto. La Burqa es una especie de túnica que cubre todo el cuerpo de pies a cabeza dejando una rejilla para los ojos. Niqab es un atuendo negro con un tocado en la cabeza que cubre el rostro y cuerpo completo. Chador, distintivo de las mujeres chiíes, cubre el cuerpo, dejando descubierto el rostro y las manos.
Podríamos pensar que en el siglo XXI con la influencia de los movimientos feministas, la búsqueda de igualdad de género, la influencia de los millennials, la globalización y comunicación inmediata, generaría el uso de las vestimentas tracionales conservadoras llegara a su fin, producto del rechazo sustentado por dichos movimientos. Sin embargo es falso el estereotipo que tenemos de que las mujeres musulmanas son sumisas e incapaces de defender sus derechos. Para muchas, usar la vestimenta es un símbolo de identidad, una forma de rechazar a la globalización cultural y permanecer fieles a sus orígenes, así como cumplir el mandato de Allah. La cultura musulmana mantiene normas de vestimenta específicas para ambos géneros, pidiendo a los creyentes que prediquen con la modestia, evitando exhibir sus cuerpos, sigan la palabra de Dios e incluso hagan una declaración de moda hermosa y religiosa. Por lo que la moda se ajusta a los estándares sociales conservadores comunes en el Medio Oriente.
En los últimos años, marcas como Dolce & Gabbana, Uniqlo, Burberry, DKNY, Oscar de la Renta, Tommy Hilfiger y Mango se han interesado por diseñar prendas de carácter musulmán tradicional. Incluso, en las fashion weeks del medio oriente se han presentado propuestas couture hijab. En el 2016, D&G fue fuertemente criticado por capitalizar la indumentaria religiosa, pues los diseñadores generaron una propuesta de Hijabs y abayas (túnicas) en donde proponían estampados y texturas en sus materiales, la cultura árabica es bien conocida por los gustos lujosos, por lo que muchas marcas occidentales se apertutaron a generar propuestas para dicho sector.
“Para muchas musulmanas es un símbolo de identidad y de permanecer fieles a sus
orígenes.”
Grandes Lujos & Grandes Cifras
De acuerdo con The State of the Global Islamic Economy 2015-2016, un consumidor musulmán promedio representa el 11% del gasto de población mundial.
El mercado de ropa musulmán ocupa el tercer lugar detrás de los Estados Unidos ($406 mil millones) y China ($334 mil millones), y por delante del Reino Unido ($114 mil millones) y Alemania ($101 mil millones).
Se espera que los gastos de los musulmanes en ropa alcancen los $368 mil millones para 2021, una
*CAGR de 7.2 desde 2015. Dichos datos financieros atrajeron a marcas couture e influencers, acercándolos al mercado musulmán.
A pesar de que la moda religiosa está abriéndose camino en fashion weeks y marcas couture, existen opiniones encontradas en donde se defiende la modestia de la indumentaria y critican el exhibicionismo de las pasarelas, exigiendo se respete el verdadero significado de las prendas.Sin embargo han surgido influencers y diseñadores reconocidos dentro del mundo arábico, denominados Hijabis, son fashion bloggers que llevan sus raíces y cultura en un estilo contemporáneo, ayuda a las mujeres de todos los estilos étnicos a encontrar maneras innovadoras de expresarse dentro de las pautas del hijab. Entre ellas podemos encontrar a:
La tejana Leena Asad (@withloveleena), desde Dubai y NYC; Saufeeya Goodson (@feeeeya) y desde Kwait Ascia al Faraj (@ascia_AKF), los cuales proponen nuevas formas de resaltar la cultura y siluetas femeninas a traves de la indumentaria.
Te invito a que cheques las propuesta cultural de estas Hijabis y cómo mezclan su forma de vestir con su creencias, me gustaría saber tu opinión sobre la indumentaria musulmana: es fácil juzgar cuando estamos la vemos desde afuera, sin embargo es admirable como éstas mujeres llevan orgullosamente su cutura y religión a diario. Creo que puedes aprender mucho de este sentimiento nacionalista y llevarlo a cabo, ¿no crees?