Por: Lights Magazine
La ansiedad es esa sensación fea en la que tiemblas y empiezas a sudar. Tu mente no te deja descansar y hasta sientes un dolor en el pecho. Lo peor, es que a veces no sabes de dónde viene.
Ya está por terminarse este año y el ámbito social, natural y económico no ¨pinta muy bien¨; las malas noticias y algunas malas coberturas en redes sociales provocan que entremos en un estado de ansiedad.
Esto es porque empezamos a imaginar las cosas que pudieran ocurrir y muchas veces empezamos a aferrarnos a las cosas materiales que es lo que sentimos nos puedan dar una seguridad. Pero luego piensas, ¿cuánto debo? ¿esto ya es mío? Y si das chance a estos pensamientos, vas a tener ese sentimiento doloroso y destructivo.
Lo ideal sería dejar de preocuparnos por las situaciones de las que NO tenemos control y saber que si crees en Dios, puedes dejar las situaciones que te angustian en sus manos. Se escucha fácil, pero sabemos que para las personas que padecen ansiedad, no lo es. Empiezan a imaginar todos los escenarios posibles si sueltan lo que les preocupa (exceso de pensar en el futuro), entonces es más difícil vivir el día a día. Hay quienes creen que la ansiedad es parte de la vida y que es mejor resignarse a vivir de esa manera, pero no es normal ni hay que acostumbrarse a vivir de esta manera.
Las personas ansiosas suelen buscar la perfección, entonces dejan actividades que pueden hacer en ese momento para después porque no creen que estén preparados lo suficientemente bien para desarrollarlas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un 11% de la población mexicana padece TAG: Trastorno de Ansiedad Generalizada. Con este trastorno sientes un temor inexplicable e incontrolable, además de sentir dolencias físicas, que no están en la mente, sino que sí son reales; incluso puedes sentir que te está dando un infarto, una parálisis facial o muscular, temblor en el cuerpo o hasta llegar a vomitar. Las que lo padecen no entienden por qué otros pueden vivir sin qué preocuparse en el día a día. En la vida, siempre habrá por qué preocuparse. Pero hay muy buenas noticias, además de agregar unas dosis de fe a tu vida diaria, si haces ejercicio, dibujas, pintas, tienes una actividad que disfrutas o escuchas música, puedes reducir bastante tu ansiedad, hasta el punto de sentir que la dominas y no ella a ti. Además tienes que dormir bien para que tus niveles de ansiedad bajen. Pero, ¿cómo evito la ansiedad en el mundo digital? Los especialistas recomiendan no creer todo lo que vemos y leemos en redes sociales; si vamos a estar al pendiente de lo que publicamos en social media, entonces tomar las cosas lo más impersonal posible y revisar menos lo que los demás están publicando.
Ansiedad Postraumático: Esto es después de un evento terrible, en la que están repitiendo la serie de situaciones qué les causan estrés. Incluso si escuchan un ruido o ven algo parecido al evento que sufrieron años después, les sigue afectando. Crisis de angustia o pánico: Estas se presentan de manera espontánea y aislada, pero son ataques de miedo como respuesta típica al estrés. TOC, TOC Trastorno Obsesivo Compulsivo: Cuando las imágenes perturbadoras inundan la mente de la persona y empiezan actuar de manera compulsiva para detener esos pensamientos involuntarios. Interfieren con la rutina de quien lo padece.
Enfermedades que causan la ansiedad:
Enfermedades cardiovasculares, úlceras, síndrome de colon irritable, respuesta inmunológica disminuida. Y las que desencadenen las anteriores.
30% de adolescentes viven deprimidos en México, según INEGI.
DATO: Las mujeres son más ansiosas.
En la Biblia en Mateo 6:25, nos citan la siguiente frase que seguro has escuchado ¨Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?¨
Hay personas a las que les es muy difícil cambiar esta forma de vida porque están acostumbrados a ella, se requieren terapia y diversos tipos de apoyo para salir adelante, pero recuerda el versículo citado en la parte de arriba.
