Todos hemos tenido un día en el que sentimos que “ya no podemos ni con nuestra alma”. Estamos tan cansados, quizá hasta al borde de un colapso, que no sabemos cómo seguir. Para esos momentos de estrés fatal se dice que dibujar es la mejor herramienta, pero ¿cómo es que esto nos va a ayudar? Para eso te explicaremos cómo funciona la ciencia del dibujo.
La terapeuta Victoria Nazarevich, aconseja que para conseguir paz y tranquilidad, solo necesitas de una idea, un cuaderno y un lápiz. ¿Cuál es la ciencia en todo esto? El texto de Nazarevich, sólo dice que dibujemos pase lo que pase, ya que te hará sentir mejor, pero no especifica nada. Y la pregunta persiste.
NO HAY CIENCIA
Dibujar simplemente te ayuda a concentrarte, además de que libera una serie de sensaciones que reducen tus niveles de estrés. Esto se debe a la satisfacción personal que al dibujar estimula nuestro cerebro. Igualmente, mejora nuestra memoria, nuestra capacidad de introspección y nuestro proceso cognitivo y motor. Además de que otras investigaciones sugieren que nos ayuda en el declive de capacidades cerebrales que se desarrollan con la edad.
¿QUÉ PASA SI NO SÉ DIBUJAR?
Una habilidad es una habilidad. No vas a conseguirla de la noche a la mañana. Se trata sobre esfuerzo y constancia, hacerlo una y mil veces hasta que salga como queremos o de la manera más decente posible. Dibujar es algo que todos podemos hacer y está en nosotros, pues es una habilidad que desarrollamos incluso antes de aprender a escribir o a leer, si puedes sostener un lápiz, puedes dibujar. Además, el arte se ha usado comúnmente como un método de terapia que ayuda a expresar emociones y miedos propios.
Si es tan bueno para nosotros ¿por qué no todos dibujamos?
Existen diversos factores que nos hacen dejarlo. En algún punto de nuestra infancia dibujamos, ésta era nuestra forma de aprender sobre el mundo y de nosotros mismos. Pero con el tiempo vamos descubriendo otras formas de expresión, ya sea que aprendemos a hablar, a jugar fútbol o simplemente, y es lo que comúnmente sucede, al no poder expresar lo que queremos terminamos frustrados y perdemos el interés, pues dejamos de divertirnos.
Incluso hay libros para colorear diseñados para adultos. Algunos hasta tienen insultos con un bonito diseño de fondo para nuestros momentos de mayor estrés.
Pero si no te gusta dibujar o pintar otros métodos pueden ser la caligrafía, una práctica antigua proveniente de China, de hace más de 4500 años, cuya función es similar al dibujo.
Como dato importante hay que recalcar que el dibujo no se aprende por arte de magia. Como cualquier práctica, solo funcionará si nos interesa. Es un mito que otras personas puedan motivarnos pues es algo que viene de nosotros mismos, basado en nuestros intereses y metas personales. Y hablando de mitos el hecho de que una persona pueda dibujar no significa que sea creativa.
Existen individuos que son realmente buenos en el dibujo pero no tienen ni una pizca de creatividad y por el contrario hay quienes son muy creativos pero no saben siquiera tomar un lápiz.
Si lo que leíste te ha generado algún interés, pero no sabes de qué manera usarlo sigue estas instrucciones diseñadas de acuerdo con tu tipo de estado, pueden o no ser exactas, pero te mantendrán interesado por un rato.
Aquí unas recomendaciones de la Dra. Victoria Nazarevich. Si estás…
- Cansado, dibuja flores grandes, chicas, imaginarias, ¡todas!
- Aburrido, pinta una hoja de papel con miles de colores.
- Enojado dibuja líneas.
- Triste dibuja un arcoíris.
- Tenso dibuja patrones.
- Estancado dibuja espirales.
Si tienes que…
- Recordar algo, importante haz un laberinto.
- Entender algo, dibuja mandalas.
- Entenderte a ti mismo, haz un autorretrato.
Si quieres…
- Concentrarte haz puntos.
- Encontrar soluciones, haz círculos u olas.
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