Por: Lights Magazine
Si tienes buenos hábitos como no dejar el calcetín en la mesa o tener una buena higiene bucal, la convivencia con tu pareja será mejor.
Vivir con tu pareja es una gran experiencia si hay compromiso y amor. Tener alguien que te quiera, te cuide y desee lo mejor para ti es una bendición. Pero, ¿qué tal si los hábitos de ambos impiden que se sientan felices viviendo juntos?Esto lleva al desgaste y a la falta de confianza.
- Él: “No me gusta ver que deja el vaso con agua en la mesa. No estoy de acuerdo que se compre tanta ropa y la deje en la entrada de la casa, literalmente ropa con etiquetas que no quiere que mueva, por si las regresa”.
- Ella: “No me late que lo primero que haga después del trabajo sea jugar Xbox y que desperdicie tanta pasta de dientes y no limpie el lavabo”.
Estos son algunos ejemplos clásicos de los problemas que hay cuando vives en pareja. Como cada individuo, las parejas al decidir vivir juntos no sólo unen sus almas, si no todo lo bueno y no tan bueno que tienen. Al inicio de la relación todos ponemos nuestra mejor cara y sólo mostramos el lado bueno que conocemos.
Ciertamente puedes amar a tu pareja, pero eso no quiere decir que estés de acuerdo con todas las conductas que tenga. Por muy encantadora o encantador que sea, vivir bajo el mismo techo puede perder su encanto cuando alguna cosa se vuelve negativa para la pareja.
Retomemos el ejemplo de la ropa nueva con la etiqueta en la entrada. Aunque puede parecer sólo una molestia, al final se convierte en una variable para pelear. Metafóricamente estamos hablando que nos volvemos alérgicos a los hábitos que no nos gustan
Un hábito es cualquier conducta repetida. Los hay por “omisión”, como no comer el desayuno que está listo o dejar las luces prendidas de día y no hay nadie en casa. Cuando un hábito no está dirigido para que lo tome personalmente nuestra pareja se le conoce como “hábito grosero”. Cuando no es con intención, pero la acción es personal, se le llama “acto desconsiderado”. Un ejemplo es jugar con el Xbox todos los días después del trabajo, o cuando uno de los dos está hablando y el otro no deja el celular. Una “violación a la norma” es, por ejemplo, cuando tu pareja toma en exceso y arma un pancho frente a tu familia o amigas.
Algunas acciones tienen un por qué, pues a veces la pareja quiere atención. Hay estudios que demuestran que cuando la mujer domina la relación y dice qué debes vestir y qué debes hacer, no necesariamente ella tiene el control. Pero si el hombre dice qué debe hacer la mujer, es un abuso. En un mundo perfecto, la mujer vería que el hombre la intenta proteger y él, a su vez, no la vería como “mandona” sino como alguien que se preocupa por él.
La mayoría de los hábitos ya se tenían desde antes de conocerse o vivir juntos, no se “inventaron” para perjudicar la relación. Si una de las situaciones que más cansa a ambos es el uso continuo del celular porque en lugar de darse los buenos días lo toman para ver el clima o ver quién posteó en Facebook, pueden darse un fin de semana sin él para reconectarse. Sólo háganles saber a alguno de los miembros de su familia que, si no tienen noticias suyas, decidieron desintoxicarse del celular.
Hábitos que arruinan las relaciones de pareja
- Querer cambiar a la otra persona. Se le invita a mejorar, pero si de plano no te gusta, ¿para qué estás con él o ella?
- Caer en la rutina.
- Engañar: no es sólo estar con otra persona, también ocultarle tus finanzas y amigos.
- No tener relaciones sexuales. Aunque el cansancio deja a un lado esta parte fundamental de la relación, siempre es importante mantener este vínculo por encima de todas las situaciones.
- Criticar a la pareja constantemente.
- Ser egoísta. No ponerse en lugar del otro, hacer caso omiso a sus necesidades y no mostrar empatía.
- Preferir a tus papás, hermanos y amigos antes que a él o ella.
Con información de la revista TIME (hábitos que arruinan las relaciones de pareja)