El diagnostico de una enfermedad llamada Esclerodermia, fue un impacto muy fuerte en mi vida. Presentía que algo estaba mal en mi organismo.
Fueron 15 años en que mis manos se ponían moradas, hacia 4 primaveras con una tos constante, flemosa y asfixiante. Sin embargo, como los médicos me decían que no tenia nada yo seguía aun con mis achaques, disfrutando la vida.
Dios me arrojo un rompecabezas sobre la mesa ¿Qué es esto? Aun así, sin comprender muchas cosas acerca de la enfermedad, viendo por internet imágenes desalentadoras y deprimentes de lo que hace la Esclerodermia, lo fatal de la hipertensión pulmonar, el peligro que tienen mis manos de perder algún dedo. Que me digan “conéctate al oxigeno 24 horas” (lo requeriré de por vida), la tristeza tan grande. Fue allí cuando llore, al enterarme que es una enfermedad huérfana. Que el medicamento Tracleer (Bosentan), requería 100,000 pesos mx, al mes para la hipertensión pulmonar.
¿Y ahora que? Pues nada, Dios ha ido acomodando, las piezas del rompecabezas.
Toda esta situación tan complicada me ha dado la fuerza para soportar, neumonías en ambos pulmones sin necesidad de hospitalizarme, pude superar el dolor de mis piernas, dolor tal, al grado de no poder caminar. La gracia de Dios ha suplido los gastos exagerados de mis tratamientos, de una manera maravillosa.
Cargo un concentrado portátil de oxígeno para desplazarme a todos lados, y es muy complicado realizar las actividades cotidianas básicas, porque me canso fácilmente. Aun así Dios me permite sonreírle a la vida.
Conocí el rostro de la Esclerodermia por medio de la Asociación Mexicana de Esclerodermia. Es el rostro de gente que lucha, que se esfuerza por ayudar a otros, aún con lo adverso de la enfermedad. Al saber que Tina Ampudia nuestra presidenta, Mauricio y muchos más, están trabajando aun estando enfermos por todos los que padecen esto, dije “¡yo también puedo!, puedo padecer esto y aun así hacer algo”, y Dios puso en mi corazón el gran compromiso de que, con lo que este a mi alcance ayudar a la difusión de la enfermedad y recaudar dinero.
Los talentos que Dios me ha dado, tales como pintar, escribir poesía, hacer manualidades y bisutería, cosa que me encanta, ha sido mi terapia ocupacional, y un modo de recaudar fondos.
Esto me ha hecho conocer el semblante de los que realmente me aman, de los que son verdaderos amigos y me apoyan. He conocido además, lo que es el dolor y el sufrimiento, la compasión, de la solidaridad, en mis visitas a la quimioterapia y los laboratorios y el rostro del asombro al darles mi testimonio.
Somos muchos los que padecemos, pero Dios nos ha dado a cada ser humano la capacidad de superar los problemas, porque Él, es más grande que nuestros problemas, porque Él promete en su palabra que estará a nuestro lado llevando nuestras cargas todos los días de nuestra vida, porque todo lo podemos en Cristo que nos fortalece, Él sanara nuestras heridas, y ÉL es el mismo Cristo de los milagros que anduvo en Galilea.
Lo que pensé que iba a ser una cadena de amargura y sufrimiento, el día de mi diagnostico, el 21 de octubre del 2011, ha sido una cadena de favores y misericordias por parte de Él.
Por Profra. Elsa Ramírez J.