Una nube que voló por todo el mundo
El 26 de abril de 2017, se cumplieron 31 años de la explosión Nuclear en Chernóbil, y sus efectos aún, están presentes en el planeta. En 2011, en Japón ocurrió un accidente similar, el cual se compara en intensidad con el ocurrido en la Unión Soviética en 1986.
Fue en 1970, cuando la URSS empezó a construir la central nuclear Vladímir Ilich Lenin, también conocida como central nuclear de Chernóbil, a la par se creó la ciudad de Pripyat a 2 kilómetros de Chernóbil, donde hoy es Ucrania, con el objetivo de reunir a los trabajadores (con edad promedio de 26 años) y sus familias. Para esto, construyeron una ciudad moderna, contaba con lujos como una estación de tren, puerto, un hospital y recinto ferial.
Era consideraba como una ciudad feliz, pero después de que explotó la planta el 26 de abril de 1986, ni los habitantes ni animales volvieron a ser los mismos.
Oficialmente, en 1977 comenzaron las labores en la central nuclear, contando con un reactor capaz de producir hasta 1,000 megavatios individualmente. Poco después, se construyeron 3 reactores con características similares. Se trataba de una de las centrales más avanzadas y potentes del mundo. Una clara demostración del poder que poseía y pretendía expandir la Unión Soviética.
Hubo un experimento que se salió de control. Los técnicos tenían como objetivo mejorar la seguridad de los reactores y así lograr mayor eficiencia. Se quería saber cuánto tiempo continuaría generando energía eléctrica la turbina de vapor del reactor, si se eliminaba el suministro de energía principal. El experimento se inició y con ello la reducción de potencia del reactor.
Pero desde Kiev se contactaron con la central nuclear, reclamando un mayor suministro de energía eléctrica para poder satisfacer la demanda. El experimento se pausó y se fijó un nuevo momento para la prueba: la noche siguiente.
Se cambió el turno de los técnicos y no tenían conocimientos claros de lo que harían, pero decidieron continuar con el experimento. Para esto, se empezó a reducir la potencia a niveles por debajo de lo permitido en aquella época, por lo que varias medidas de seguridad fueron incumplidas.
Poco después los niveles de calor fueron alarmantes, así que trataron de frenarlo pero ya los sistemas se encontraban bloqueados, el miedo y la incertidumbre se apoderó de cada uno de los empleados que desconocían totalmente los alcances de aquel experimento. Dentro del reactor se produjeron unos golpes; habían perdido el control de “un monstruo nuclear”, que al final explotó.
La tapa de aquel reactor, junto con la esperanza de vida de quienes estaban ahí, fue arrojada por los aires, cayendo gran cantidad de materiales radioactivos que sobrepasaban los 2,500 grados centígrados, casi 70 veces la temperatura media que podía soportar el cuerpo humano. No se trataba de un incendio normal, era sin duda una catástrofe y estaba claro que todos los presentes lo ignoraban.
Durante las primeras horas, bomberos y militares quedaron expuestos a niveles de radiación muy elevados mientras apagaban el fuego y construían el sarcófago sobre el reactor número 4 de Chernóbil. Dicha exposición provocaría en muchos de ellos lesiones irremediables y en otros la muerte. Sin las acciones heróicas de los bomberos y militares, esto pudo haber sido peor.
Se trató de mantener la calma pero fue de una manera irresponsable. Pripyat se evacuó hasta 36 horas después del accidente y no se comunicó nada de lo ocurrido al resto de naciones del continente, a pesar de que las corrientes de aire expandieron la radiación por una gran parte de Europa, llegando incluso a países escandinavos o del sur de Europa. Se les indicó a los habitantes de Pripyat que sólo tomaran lo necesario y pues regresarían en unos días, primero evacuaron a las mujeres y niños, pero no iban a regresar. Los niveles de radiación continuarán hasta por los próximos 20 mil años.
Rusia actualmente, es una potencia mundial, se ha levantado tras Chernóbil, pero los científicos que construyeron el sarcófago, lo hicieron con duración de 30 años, los cuales ya se cumplieron.
Han muerto más de 25 mil “liquidadores” que son quienes han sacrificado su vida sin saberlo, en algunas ocasiones, para contener este desastre.
También en su momento se sacrificó la vida de varias especies de animales, ya que al transportarse a otros lugares llevarían consigo la radiación. Actualmente habitan alrededor de 700 personas en Chernóbil bajo su propio riesgo. Se cree que el próximo desastre de Chernóbil, sea ahí mismo, por el frágil escudo que han usado como protección, en los restos de esta ciudad.
La herencia de Chernóbil*
El informe “El Legado de Chernóbil”: impactos en la salud, el medio ambiente y la economía, concluye que hasta el momento (desde 1986) sólo 59 personas han fallecido por el accidente (nueve niños por cáncer de tiroides, 48 trabajadores de la central y dos funcionarios.)
600.000 personas se vieron afectadas por la radiación.
3.940 morirán a lo largo de su vida por cáncer atribuible al accidente.
2.200 trabajadores que entre 1986 y 1988 construyeron el primer sarcófago.
CASOS DE CÁNCER DE TIROIDES
Bielorrusia
Ucrania
NUEVO SARCÓFAGO
Se está construyendo fuera de la zona contaminada y se desplazará mediante railes para tapar el actual sarcófago de 2008.Material: 20.000 toneladas de acero.
EL ACCIDENTE
El 26 de abril de 1986 se produjo una explosión en el bloque número 4 de la central nuclear de Chernóbil, durante un ensayo rutinario de seguridad que simulaba el corte de suministro eléctrico a la central. El accidente se debió a una cadena de al menos 6 errores humanos que pusieron de manifiesto la inestabilidad del reactor y la insuficiencia de los sistemas de seguridad.
LA NUBE RADIOACTIVA
Entre el 26 de abril de 1986, día de la explosión del reactor, y el 2 de mayo, los vientos desplazaron la radioactividad. En los primeros días, hacia el norte, oeste y este; en los siguientes días, hacia el sur, sureste y suroeste.